OPINIÓN

Vuelo 34

David Faitelson EN REFORMA

3 MIN 30 SEG

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La verdad, no sé por dónde empezar. Trato de entender lo que pasó, trago saliva, me tranquilizo y luego volteo a mi izquierda, sobre el asiento 23 F del vuelo 34 que nos lleva a Monterrey. Ahí, tirado sobre la ventanilla, un adolescente llora, solloza, desconsolado mientras las lágrimas ruedan por sus mejillas: de pronto gira y me dice: "Oye David... ¿y después de esto, seguiremos siendo amigos...?".