OPINIÓN

Voy derecho, no me quito

Jorge Suárez-Vélez EN REFORMA

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Si López Obrador hubiese sido el capitán del Titanic, mantendría fijo el timón y chocaría de frente contra el iceberg, sin frenar. Su ruta era esa y no entendería por qué hay que sacarle la vuelta a un hielito que está donde no debe.