CULTURA

'Vlady regresa a casa' en Moscú

EFE

Moscú, Rusia (20 octubre 2015) .-17:59 hrs

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Moscú acoge desde ayer la obra del prolífico y versátil pintor ruso-mexicano Vladimir Kibalchich Russakov 'Vlady', en una muestra que estrecha los lazos culturales en el 125 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas.

"La vida y la obra de Vlady representan aspectos fundamentales que unen culturalmente a nuestras dos naciones", destacó el embajador de México en Rusia, Rubén Beltrán, al inaugurar anoche la exposición Vlady regresa a casa en el Museo de Artes Aplicadas y Decorativas de Moscú.

La directora del Museo, Elena Titova, se mostró entusiasmada por albergar esta muestra que permanecerá abierta al público hasta el 28 de noviembre.

Incluye obras creadas entre 1957 y 1980, pintadas en técnica de acuarela, dibujos a carbón y tinta, así como una película documental sobre la vida y obra del pintor.

La exposición, de 32 obras gráficas, está también dedicada al décimo aniversario del fallecimiento del maestro, y así las obras seleccionadas fueron declaradas patrimonio cultural de México y se conservan en el Instituto Nacional de Bellas Artes.

Nacido en Petrogrado (actual San Petersburgo) en 1920, 'Vlady' era hijo del escritor y político anarquista conocido bajo el seudónimo de Víctor Serge, perseguido en el régimen estalinista.

Exiliado en México desde 1943, el pintor vivió más de 50 años en ese País, donde se naturalizó y se hizo famoso como maestro de arte monumental.

'Vlady' experimentó con diferentes estilos pictóricos. Fue sucesivamente figurativo, abstracto y de nuevo figurativo, sin dejar de tener un toque surrealista, y empleó todas las técnicas a su alcance.

Desarrolló su larga carrera artística como pintor, grabador, muralista y dibujante, convirtiéndose en una pieza importante dentro de la Generación de la Ruptura.

Actualmente las obras de 'Vlady' adornan bibliotecas, catedrales, universidades y palacios de gobierno en muchos países del hemisferio, pero también creó una gran cantidad de obras de caballete.

Recibió numerosos premios y reconocimientos, pero hasta 1990 era casi desconocido en Rusia, donde la primera gran exposición de sus grabados tuvo lugar en Oremburgo.

En 2002 el pintor fue elegido miembro honorífico de la Academia de Artes de Rusia.