El trauma, como la primera infancia, se compone de instantes que una ve en presente. Son flashes en la memoria, como las imágenes entre las luces y las sombras de una discoteca. En mi caso, veo el café derramándose en mi escritorio, la ventana del estudio volando hacia afuera, el instante cuando pienso: esta mañana desde acá vi los volcanes, la llave quebrándose en la cerradura de la puerta, el cuadro que amo, de Alfredo Sosabravo, y miro desde abajo, mientras me acurruco en un rincón de la sala, la zanja en lo alto de la pared, como un camino que se abre y cruje, del comedor a la terraza, el instante cuando pienso: después caerá el techo, mis niños son muy chicos, no se acordarán de mí, la sangre en mis piernas, que descubro después, cuando ha dejado de romperse todo y grabo un video diciendo quién soy y que estoy viva.
Peniley Ramírez es periodista de investigación y autora del libro Los millonarios de la guerra.