¿Y ahora qué? ¿Cómo recobrar la confianza de aquellos buenos aficionados que con mucho esfuerzo hacen hasta lo imposible por llevar a su familia a un estadio? ¿Cómo decirle a un padre de familia que compre boletos para el próximo "espectáculo"? ¿Cómo decirle al amigo o al padre ciego que siga asistiendo para imaginar todo aquello que está sucediente gracias al relato de quien lo acompaña? ¿Cómo pedirle a las nuevas generaciones sigan creyendo en la sana pasión que el futbol despierta?