Videoclips para sordos
AFP
Santiago, Chile (04 febrero 2015) .-09:59 hrs
¿Cómo transmitir la música a los sordos? Una tarea que parece casi imposible cobra vida en mano de una entusiasta actriz chilena que graba videoclips de grandes éxitos musicales en lenguaje de señas, en una bella experiencia para músicos y espectadores.
En el comedor de su casa, María José Siebald comienza su transformación: maquillaje, pestañas postizas, pintalabios, vestido apretado y una enorme peluca que la convierte en un instante en la fallecida cantante inglesa Amy Winehouse.
Cuando era pequeña vivía cerca de una escuela de sordomudos que le llamaba la atención, y ya de mayor decidió cruzar sus habilidades como actriz con la comunidad sorda, en un ejercicio sin fines de lucro para descubrir nuevos lenguajes y dar el placer de la música a un grupo habitualmente apartado de ella.
"No veo a las personas sordas como personas enfermas, las veo como personas normales, que tienen una necesidad musical como la tengo yo también, y como la tenemos todos", explica Siebald.
Los sordos pueden sentir la música con sus otros sentidos: el tacto les permite captar las vibraciones del sonido y con los ojos pueden ver y sentir los movimientos o leer las letras de las canciones.
Muchos conocen la música, por ejemplo electrónica, subiendo mucho el volumen y notando las vibraciones. Pero María quiere ir más allá.
"Mi trabajo es cómo explicarles (a los sordos) qué es la música. En qué consiste. No es sólo voz, no es sólo instrumentos, tiene que ver con una sensibilidad", dice.
Busca maneras de mostrar visualmente el eco, o por ejemplo, una canción cantada a cuatro voces. Acompaña cada género musical con una estética ardiente.
Crea coreografías que expliquen la música, baila, actúa, interpreta canciones en lenguaje de señas y versiona videoclips de grandes éxitos especialmente diseñados para ser entendidos por la comunidad sorda, que también pueden ser admirados por los oyentes.
Nerven Zellen, como se denomina el grupo de Siebald, comenzó a grabar videoclips adaptados en 2010, todos con una estética "drag queen" en la que todo se exagera para hacerlo más explícito.
Han interpretado "We are Sudamerican Rockers", del grupo chileno Los Prisioneros, "Rock with You", de Michael Jackson o "Un año de Amor", de la española Luz Casal.
Un concierto en silencio
En el patio de la Asociación de Sordos de Chile (Asoch) reina el silencio, pese a que más de un centenar de personas están sentadas en el público frente al escenario. El presentador habla en lenguaje de señas, y una mujer lo traduce en voz alta para los pocos oyentes.
María Siebald, hoy Amy Winehouse, es la actuación estelar de esta noche, aprovechando la graduación de una nueva promoción de intérpretes en lenguaje de señas. Ella irrumpe, elegante, interpretando con su cuerpo "Tears Dry on Their Own", mientras la canción suena de fondo por los altavoces.
María mueve sus manos, su cuerpo y sus labios para hacer sentir la música a los espectadores sordos. Y lo logra. Al final de la canción levantan sus palmas en señal de aprobación, en medio de un silencio apenas interrumpido por los oyentes. Varias chicas y chicos le piden fotos y selfies tras su actuación.
Su iniciativa es valorada por la comunidad sorda chilena, que conforman unas 500 mil personas.
A Jorge Carvajal le gustan los videoclips, porque le agregan movimiento a las melodías. Las actuaciones musicales de televisión tienden a aburrir a los sordos, que no pueden captarlas.
Si hay subtítulos no se concentran en la actuación, de la misma manera que si hay un intérprete de señas que solo traduce.
"Cuando no hay movimiento, no miras y te desinteresas", cuenta a través del intérprete Pablo Saldías.
Tampoco el baile está vetado para ellos.
"Los oyentes escuchan y luego actúan, en cambio los sordos, concentrados, saben qué hacer y aprenden a bailar visualmente", asegura de su lado, también a través de un intérprete de señas, Alexis V. Estibil, director del departamento de cultura de la Asoch.
El resultado, sin embargo, es el mismo que entre los oyentes, asegura Estibil: hay sordos que bailan tiesos, igual que muchos de los que tienen su sistema auditivo intacto, pero también hay algunos que bailan bien.