Qué ocurrencia ociosa y ridícula prohibir de facto las corridas de toros en la CDMX.<BR><BR>La fiesta brava, aunque traída por los españoles, está arraigada en nuestro país y es un espectáculo tan mexicano como la charrería. Incluso existe la anécdota de que el cura Hidalgo conoció a Allende en...