Vacaciones 4T
Guadalupe Loaeza EN REFORMA
Nadie tiene dinero. Todo el mundo está endeudado. Y justo cuando llegan las vacaciones, no hay quien no tenga una o dos tarjetas de crédito bloqueadas, la única liberada es de débito pero tiene tan poco dinero, que ni siquiera alcanzó para unos modestos cursos de verano. En esas condiciones, ¿cómo pasar las vacaciones en una ciudad como la de México, con niños de 8 y adolescentes de 15 años, hartos de su realidad, la de sus padres y la peor de todas, de sus abuelos? "¿Por qué no van al Club?". "Ay, no, ¡qué aburrido! Además, la última vez que fuimos no nos dejaron pasar porque mi papá no ha pagado la mensualidad hace tres meses". "¿Y el cine?". "Ya vimos todas las películas". "¿Y si fuéramos al Museo del Papalote?". "Hemos ido mil veces...". "¿Qué les parece si vamos al Museo Jumex a la exposición de Duchamp?". "Ay, no, qué hueva...". "¿Por qué no vamos al Museo de Cera?". "La última vez que fuimos tuve pesadillas por culpa de los monigotes de Salinas y Fox". "¿Y si me acompañan al súper? ¿Qué les parece ir a la Casa Azul donde vivió Frida Kahlo? Si quieren los llevo a andar en bici en la tercera Sección de Chapultepec ¿y después vamos a visitar las habitaciones de Carlota y Maximiliano? ¿Qué tal si visitamos Los Pinos y recorremos las casas donde vivieron los ex presidentes neoliberales? ¿Y si hacemos palomitas y vemos una serie que ustedes escojan en la tele, siempre y cuando no sea pornográfica?" (Silencio...).
Descubrió quién es gracias a la escritura y al periodismo. Ha publicado 43 libros. Se considera de izquierda aunque muchos la crean "niña bien". Cuando muera quiere que la vistan con un huipil y le pongan su medalla de la Legión de Honor; que la mitad de sus cenizas quede en el Sena y la otra mitad, en el cementerio de Jamiltepec, Oaxaca, donde descansan sus antepasados. Sus verdaderos afectos son su marido, sus hijos, sus nietos, sus amigos y sus lectores