El barman, con una sonrisa de loco, se levanta y se guarda los papelitos convertidos en dinero que Voland le da para compensarlo por haber recibido billetes falsos la noche anterior en su establecimiento. Pobre barman, lo que le espera es un delirio estúpido y doloroso que no empezó el día que habla con el Diablo -el Diablo es Voland-, sino mucho antes, cuando guardaba celosamente sus billetes en el piso de su casa y el oro entre paños secretos pero pregonaba "ser pobre". A lo largo de la novela de Bulgákov, hay una crítica constante al rasero miserable con que la sociedad se relaciona con el dinero, pero, especialmente, quienes más lo tienen asegurado: millonarios y funcionarios públicos.
Es escritora, autora de los libros Cuentos de maldad (y uno que otro maldito) y El niño que fuimos bajo el sello de Alfaguara; Las noches habitadas (Editorial Planeta) y Damas de caza (Editorial Plaza y Valdés). Ha colaborado en El Cultural de La Razón, The Washington Post, SinEmbargoMx, El Malpensante, Confabulario de El Universal, Revista GQ, Revista SOHO y otros medios. Desarrolla guiones para cine, teleseries y audioseries.