Se supone que el Presidente no intervendría, pero él fue quien convocó y condujo la reunión donde se acordaron las condiciones. No habrá debate entre los aspirantes a la candidatura presidencial de Morena. La suya será una campaña sin contrastes ni polémica. Quienes participen tienen prohibido atacarse entre sí y están obligados a defender los logros de la "cuarta transformación". Nada de crítica ni de intentar diferenciarse. Las "corcholatas" se comprometen a evitar el acarreo y el reparto de dádivas, a que sus actos sean austeros, a no derrochar recursos en publicidad, a no usar bienes ni presupuesto público ni recibir fondos privados, a abstenerse de "alianzas inconfesables" o con "grupos de interés"; pero ¿de dónde provendrá entonces el dinero para financiar sus actividades?, ¿conforme a qué esquema rendirán cuentas al respecto?, ¿qué instancia y cómo va a fiscalizarlo? Quién sabe. Existe un amplio marco normativo y una autoridad en la materia, pero según el obradorismo nada que ver porque en realidad se trata de un asunto interno.
Carlos Bravo Regidor (Ciudad de México, 1977). Es internacionalista por El Colegio de México e historiador por la Universidad de Chicago. Actualmente se desempeña como analista político y consultor independiente.