Es un grueso ladrillo blanco. La investigación que ha puesto en jaque al presidente de Estados Unidos, en 448 páginas se ha publicado. Finalmente puede leerse el informe del fiscal especial Robert Mueller. Es cierto que no podemos leer la totalidad del escrito. Sus hojas están atravesadas por una infinidad de marcas que ocultan aquello que no puede ser revelado en estos momentos. No podremos leer información relacionada con juicios en curso, con revelaciones privadas, o material que se considera clasificado. El New York Times ha desplegado las hojas del documento para ver las cuartillas a vuelo de pájaro. Casi cada cuartilla está salpicada de manchas negras. Sobre todo el primer volumen del reporte, el referido a la intervención rusa en las elecciones presidenciales, parece un forcejeo entre el blanco de la información y el negro de la censura.
Estudió Derecho en la UNAM y Ciencia Política en la Universidad de Columbia. Es profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey. Ha publicado El antiguo régimen y la transición en México y La idiotez de lo perfecto. De sus columnas en la sección cultural de Reforma han aparecido dos cuadernos de Andar y ver.