Con la idea de retomar las experiencias exitosas de los institutos de planeación de León y Guadalajara, la nueva Constitución de la Ciudad creó el Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva, instancia para garantizar la planeación del desarrollo y el ordenamiento territorial de la Capital para que esta quedase en manos de ciudadanos, así como de especialistas, alejados de caprichos políticos y visiones partidistas sesgadas.