Nadie exagera si califica la noche del sábado pasado como una jornada apoteósica para el futbol y yo diría que también para el país. Más allá del innegable éxito que alcanzó en el máximo nivel del juego, lo que provoca Javier "Chicharito" Hernández es, al mismo tiempo, una consecuencia de la necesidad que tiene toda una sociedad por "buenas noticias".