Una amistad rota
Guadalupe Loaeza EN REFORMA
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Si algo le obsesionaba al director de cine, escritor, poeta, pintor, escenógrafo y filósofo Jean-Luc Godard, era la libertad. De allí que libremente optara, el 13 de septiembre, por el suicidio asistido. De esta forma, la figura emblemática de la Nouvelle Vague "llegó al fondo de sus convicciones", como opinara Liberation, el diario francés. Así se fue el cineasta franco-suizo, a la hora exacta, día y lugar que había dispuesto, en su casa en la pequeña ciudad de Rolle. Incluso dejó dicho lo que debía decir su epitafio: al contrario. "Recurrió a la asistencia legal en Suiza para una partida voluntaria ya que estaba afectado por 'múltiples enfermedades incapacitantes'", según el informe médico.
Descubrió quién es gracias a la escritura y al periodismo. Ha publicado 43 libros. Se considera de izquierda aunque muchos la crean "niña bien". Cuando muera quiere que la vistan con un huipil y le pongan su medalla de la Legión de Honor; que la mitad de sus cenizas quede en el Sena y la otra mitad, en el cementerio de Jamiltepec, Oaxaca, donde descansan sus antepasados. Sus verdaderos afectos son su marido, sus hijos, sus nietos, sus amigos y sus lectores