En la encuesta publicada ayer por Buendía y Márquez hay seis datos contundentes. El primero es la diferencia en el balance de opiniones (i.e., positivas menos negativas) sobre los partidos: por un lado, Morena tiene +57; por el otro, el PRI tiene -42 y el PAN -26. El segundo es la preferencia partidista para la elección presidencial: por Morena votaría 53%, por el PAN 11% y por el PRI 8%. El tercero es el nivel de reconocimiento de las candidatas: a Claudia Sheinbaum la conoce casi 70%, a Xóchitl Gálvez casi 50%. El cuarto es el balance de opiniones sobre ellas: Sheinbaum computa +39, Gálvez -2. El quinto es la intención de voto por las distintas fórmulas: por Sheinbaum (Morena-PT-PVEM) votaría 50%, por Gálvez (PAN-PRI-PRD) 20%, por Samuel García (MC) 7% y por Eduardo Verástegui (independiente) 4%. El sexto y último dato es el rechazo a candidatos (i.e., la respuesta a la pregunta "¿por cuál candidata o candidato a la presidencia nunca votaría?"): por Gálvez 42%, por Verástegui 15%, por Sheinbaum 12% y por García 10%. A cuestión de ocho meses para la jornada electoral, el escenario que bosquejan esos números tiene la fisonomía de una verdadera paliza.
Carlos Bravo Regidor (Ciudad de México, 1977). Es internacionalista por El Colegio de México e historiador por la Universidad de Chicago. Actualmente se desempeña como analista político y consultor independiente.