Un domingo en Reforma
Guadalupe Loaeza EN REFORMA
4 MIN 30 SEG
Veo mucha gente a lo largo y ancho del Paseo de la Reforma. Es domingo, y el clima no podía ser mejor. Veo muchos tenis, botines, zapatos y uno que otro par de sandalias que caminan con firmeza. "Ni mi abuela, ni mi madre, ni mis hermanas mayores fueron a marchar para protestar por algo", oigo que dice una joven, vestida de jeans, blusa blanca, tenis muy usados y el pelo todo rizado. Se ve contenta de la mano de su amiga, su pareja sentimental de hace más de un año. "Es que antes las mujeres no teníamos derecho de pronunciarnos, no existíamos, éramos unas brutas que ni siquiera sabíamos cómo queríamos ser gobernadas". Veo muchos matrimonios, que no se cuecen al primer hervor, caminar con un paso lento pero muy definido. "¿Por dónde andarán los nietos? Les dimos cita a las 10:30 a.m. en El Ángel y no los veo", dice la abuela muy ufana por asistir a una marcha, la cual le permite, no nada más expresarse, sino exigir sus derechos como ciudadana. Por más que el abuelo jubilado, cuyo caminar es más lento y un poco torpe que el de su esposa, busca de lejos a sus nietos, no los ve. Él lleva años asistiendo a manifestaciones, la primera fue en 1968, entonces era alumno de la Facultad de Medicina. El poder manifestarse contra algo en lo que no está de acuerdo, como por ejemplo que desaparezca el INE, lo rejuvenece y lo reconcilia con todos los ciudadanos que lo rodean por la misma razón. "Esta es a la primera marcha a la que asisto, en el 2024 será la primera vez que vote, por eso tengo que sacar mi credencial de elector lo más pronto posible. Solamente con ella estaré segura que respetarán las elecciones. ¡Qué buena onda, no?", comenta una chava de falda larga en tela de mezclilla. Su playera rosa dice: "INE, igualdad y no discriminación". Su prima, cinco años mayor que la joven, le pregunta, en tanto caminan y caminan: "¿Y ya sabes por quién vas a votar?". "Sip, por Beatriz Paredes. Es una mujerona a todo dar, a la otra candidata, Claudia Sheinbaum, no le creo nada. Me cae gorda. ¿Sabías que ella, está contra el INE?". La prima se queda pensativa. Ella no tiene la menor idea por quién va a votar. Piensa que todavía falta mucho tiempo para las elecciones 2024. "En buen plan nos tenemos que organizar mejor. Nos quejamos y nos quejamos, pero no hacemos nada. Pasamos horas viendo los debates por la tele, leyendo las editoriales de plumas muy picudas y criticando la 4T. Pero, ¿qué hacemos para unirnos y formar colectivos plurales y democráticos? Nada. La oposición está por los suelos. Pésimo ejemplo para los jóvenes de hoy", comenta una señora sesentona, peinada de salón, y con una mascada alrededor del cuello, a sus tres vecinas de su misma generación que viven en el mismo edificio en Polanco. "Sí, es cierto, hace unos años nos organizábamos mejor contra los ladrones del PRI. Y ya ven, vino la alternancia con el PAN, pero nos fue peor. Amigas, las tres votamos por Morena, y ahora lo alucinamos. ¿Qué partido nos queda?", pregunta una señora que lleva el pelo muy corto, con perlas como aretes y anteojos negros. Lleva un suéter de tortuga café y saco de cuadritos. Se ve muy decente pero aburrida. "Yo no sé ustedes, pero yo voy a seguir luchando por la democracia, porque no nos quiten el INE y porque nos sigamos expresando como ahorita. ¿Qué quieren que nos crucemos de brazos y nos vayamos todos a la chingada? Lo que más me irrita es que ya desde ahora se resignen a que va a volver a ganar Morena. ¡Pues, no! No va a ganar Morena, porque cada día que pasa sus funcionarios la riegan más. ¿Cuánto apostamos a que no va a ganar Morena?", preguntó esta ciudadana de 70 años, guapa, informada y muy participativa en lo que se refiere los derechos de la mujer. Para este momento de la marcha, veo a la altura de donde estaba La Palma, a muchísima gente. El día es espléndido lo cual influye mucho en el ánimo de los marchistas. "¿Ya se dieron cuenta de la cantidad de gente que hay? Ojalá que nos cuenten bien, porque luego salen con sus mamadas de que nada más éramos 500 personas y todos 'clasistas' y 'racistas'. Odio las mañaneras, odio a mi país donde matan a tantas mujeres y odio al gobierno de la 4T, al que no le importan las marchas de ciudadanos muertos de miedo de lo que se va a convertir México si no reaccionamos a tiempo", dijo una mamá, desempleada, divorciada y con un niño pequeño, mientras empujaba su carriola.
Descubrió quién es gracias a la escritura y al periodismo. Ha publicado 43 libros. Se considera de izquierda aunque muchos la crean "niña bien". Cuando muera quiere que la vistan con un huipil y le pongan su medalla de la Legión de Honor; que la mitad de sus cenizas quede en el Sena y la otra mitad, en el cementerio de Jamiltepec, Oaxaca, donde descansan sus antepasados. Sus verdaderos afectos son su marido, sus hijos, sus nietos, sus amigos y sus lectores