OPINIÓN

Un deshonor

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Catón EN REFORMA

4 MIN 00 SEG

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El joven Simplicio era cándido como un vellón de oveja y puro como un copo de nieve. Del mundo y de la vida sabía lo mismo que una novicia de convento. Cierta noche conoció por azar a una avezada chica llamada Pirulina. Ella lo llevó a su departamento -Simplicio era apuesto y vigoroso- y ahí lo hizo conocer por vez primera los goces del amor carnal. Acabado el trance, la muchacha le preguntó al inexperto galán: "¿Te gustó?". Contestó él: "Es el momento más feliz que he pasado en mi vida". Pirulina le dijo: "¿Te gustaría repetir?". Repitió Simplicio: "Es el momento más feliz que he pasado en mi vida"... Cuando a dos se les compara uno de los dos repara. Encuentro semejanza, sin embargo, en los casos de Tatiana Clouthier y Alfonso Romo. Ambos fueron objeto de críticas acerbas cuando mostraron su apoyo a López Obrador y aceptaron ser parte del gobierno -por llamarle de algún modo- de la 4T, y a fin de cuentas los dos tuvieron que salir de ese corral al que eran por completo ajenos tomando en cuenta su origen y su posición. Pienso que se equivocaron al unirse a AMLO, y aunque es imposible conocer los sentires y pensares ajenos, sospecho que tanto aquel señor como la señora aquella lamentan haber entrado en relación con este régimen que tantos daños, y tan graves, ha hecho y sigue haciendo a nuestro país. No quedaron bien ni con Dios ni con el diablo. Los de su clase los vituperaron, y los del círculo cercano al caudillo los veían con suspicacia y con desdén. Ya no podrán quitarse el estigma de haber sido parte de la corte del tabasqueño. En su caso fue un deshonor estar con Obrador. En fin, todos cometemos errores, si bien no tan costosos y mayúsculos como los del Presidente que estamos padeciendo, y debemos ver con mirada benevolente a quienes en el pecado llevaron la penitencia... Un rabino conversaba con un católico. Le dijo: "Cuando alguien de mi comunidad incurre en culpa de fornicación le ordeno que haga una aportación de 100 dólares para la sinagoga". "¡Cien dólares! -se sorprendió el católico-. Cuando nosotros cometemos pecado de fornicación lo único que nos pide el padre Arsilio es que recemos un padrenuestro y un avemaría". Argumentó el rabino: "Es que él no sabe lo sabroso que es eso"... Un individuo llegó al Bar Ahúnda y le pidió al cantinero un tequila doble. El hombre le preguntó: "¿De cuál le sirvo?". Replicó el sujeto: "Soy sordo. El médico me dice que mi sordera se debe a la bebida, y que si dejo de beber volveré a oír". El cantinero, asombrado, escribió una pregunta: "¿Y por qué sigue bebiendo?". Respondió el individuo: "Porque me gusta más lo que bebo que lo que oigo"... Rosilita es el equivalente femenino de Pepito. Tiene sus mismos alcances, su misma picardía. Sucedió que su hermana mayor contrajo matrimonio. (Rara cosa es que el verbo "contraer" alude siempre a enfermedad o virus). La mañana de la boda, Rosilita le preguntó a su mamá: "Mami ¿qué le va a hacer esta noche su marido a mi hermana?". La señora, atareada como andaba, no le contestó. Rosilita volvió a preguntar: "Mami: ¿qué le va a hacer esta noche su marido a mi hermana?". "No me molestes ahora -le dijo la mamá-. ¿No ves que estoy muy ocupada?". Rosilita hizo caso omiso de la admonición. Poco después volvió a importunar a su madre con la misma pregunta: "Mami: ¿qué le va a hacer esta noche su marido a mi hermana?". La señora, exasperada ya, le respondió: "Mira: esto es lo que le va a hacer esta noche su marido a tu hermana". Y así diciendo le dio a la chiquilla un par de nalgadas. Al punto Rosilita fue con su hermana y le dijo: "Si sabes lo que te conviene, esta noche cuídate las pompas"... FIN.