Proteo, en la mitología griega, era una deidad, capaz de mutar, se transformaba. La palabra metamorfosis tiene el mismo valor de transformación: cambio de forma. Ser proteico y metamórfico nos vincula al sentido de cambio. Es difícil que alguien cambie para regresar. Las especies evolucionan y se adaptan para mejorar su vida y enfrentar sus adversidades. El que evoluciona se transforma, mejora y sobrevive.