Era septiembre del 2020 y llegaba a urgencias una mujer joven que en el octavo mes de embarazo se había contagiado de Covid-19; su evolución había sido mala y al octavo día de enfermedad tenía una severa dificultad para respirar. Decidimos que era necesario someterla a una cesárea y de ahí pasarla a terapia intensiva, donde permaneció por dos meses. Durante ese tiempo participamos 6 especialistas en medicina crítica, neumología, infectología, cardiología, nefrología y ginecología. Todos con la misma intención, salvarle la vida. Creamos un chat entre los 6; discutíamos las opciones, las alternativas y tomábamos decisiones. Podía haber diferentes puntos de vista, pero siempre hubo respeto. Entendimos que la vida de esa mujer dependía de que lográramos conjuntar las capacidades de cada uno en su beneficio. Afortunadamente lo logramos y ella salió adelante. Hoy se encuentra festejando el tercer cumpleaños de su hija y el renacimiento de ella misma.