OPINIÓN

Torneo de adulación

Jesús Silva-Herzog Márquez EN REFORMA

4 MIN 00 SEG

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Los llama corcholatas. Tapones desechables. Monedas de hojalata destinadas al basurero. Ellos aceptan el mote del desprecio. Se llaman a sí mismos corcholatas, esperando, supongo, al destapador que los libere o que los deseche. Por lo pronto, se pasean por el país sellados a la boca de una botella. El desfile al que se les ha invitado es un absurdo. Buscan ganar la candidatura presidencial, pero no pueden decirlo. Se les ha prohibido expresar lo que piensan, no deben polemizar entre ellos, no pueden bosquejar un proyecto político. No es extraño que la gente busque otros entretenimientos. Hay muy poco en el frente oficialista que merezca atención. Bailes, disfraces, desmedidos piropos al caudillo, promesas de continuismo.