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Gabriela Warkentin EN REFORMA

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Circulan en celulares fotos de adolescentes desnudas. Sorpresa, morbo, indignación. Es el regreso a clases en una escuela de un municipio en Extremadura, España. Padres, madres, docentes, todos reaccionan porque se conocen e intuyen que algo pasa. Y es que las fotografías de las adolescentes desnudas no son reales ni verdaderas ni auténticas ni ¿cómo llamarles? Son imágenes producto de la manipulación con inteligencia artificial a través de una aplicación que, según el diario El País, ofrece que "desvistas a cualquiera con nuestro servicio gratuito". Mediante esa app se colocan los rostros reales tomados de fotos que las jóvenes comparten vía Instagram o WhatsApp, sobre diversos cuerpos desnudos (reales o no) para aparentar que se trata de ellas en esas condiciones. Así que un día, varias jóvenes regresan a clases para encontrarse "expuestas", virtualmente vejadas, humilladas.