LO QUE pasó ayer en Washington confirma cómo con la 4T se ha deteriorado el papel de México como interlocutor de Estados Unidos. Y es que ante el reclamo constante de los norteamericanos por el tema del fentanilo, el gobierno morenista optó por hacerse el desentendido, patear el bote y creer que si ignoraba el problema, desaparecería.