EN LOS PASILLOS de la Suprema Corte de Justicia se percibe cierto desconcierto por la pretensión de Yasmín Esquivel de convertirse en ministra presidenta sin contar con una trayectoria suficiente al interior del máximo tribunal. Por lo menos desde el siglo pasado no se recuerda que nadie haya ocupado la presidencia teniendo menos de cinco años de experiencia.