EN sus homilías mañaneras, con frecuencia <B>Andrés Manuel López Obrador</B> se compara con la figura del prócer de la Revolución y apóstol de la democracia, <B>Francisco I. Madero</B>. Pero una cosa es querer ser y otra, muy distinta, es serlo.<BR><BR>EL PRESIDENTE quiere ser como Madero, pero...