¡VIVA el Che Guevara y viva Cristo Rey! Ese bien podría haber sido el grito de Andrés Manuel López Obrador, quien aprovechó la principal fiesta patria para echarle bravata a Estados Unidos, invisibilizar la violación de derechos humanos en Cuba y llegar al extremo de comparar a Miguel Hidalgo... ¡con Jesucristo!