YA NO debería sorprender, pero sigue siendo motivo de asombro la capacidad del Presidente para no reconocer la realidad. Hasta parece que nunca hubiera visto un partido de beisbol y no supiera que la estrategia se tiene que ir moviendo, adaptándose, entrada a entrada, out con out. No todo en la vida, ni en la política, son jonrones. A veces hay que tocar, a veces hay que sacrificarse, otras veces con una rolita dentro del cuadro es más que suficiente.