OPINIÓN

Sucesión y desgobierno

Carlos Bravo Regidor EN REFORMA

4 MIN 00 SEG

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Una de las mayores virtudes de los regímenes democráticos es su capacidad para institucionalizar la incertidumbre. No solo en el sentido coyuntural de que nunca se sepa bien a bien quién ganará las próximas elecciones sino, además, en el horizonte más largo de que ningún resultado es para siempre. La democracia no es una forma de resolver el conflicto político de una vez por todas, sino de organizarlo a través del tiempo: su lógica es que a veces se gana y a veces se pierde, que ni las victorias de unos ni las derrotas de otros son permanentes. El juego democrático funciona, básicamente, porque la competencia se repite, porque cada elección ofrece una nueva oportunidad.