Yo creía que se necesitaba mucho coraje para no creer en Dios, asumir que estamos solos, que somos nosotros y el abismo de nuestras decisiones, pero de un tiempo para acá empiezo a creer que quizá es exactamente al revés: se necesita mucho coraje para creer, para alimentar la fe en medio de un infierno de canales de aguas negras, cerros quemados por el sol y una crisis forense de más de 50 mil cuerpos sin identificar. Algo me dio en el centro del pecho cuando Jacqueline me dijo: es mi hija, pero es tuya también. Algo que me hizo entender que sí, que los desaparecidos son de todos.
Es escritora, autora de los libros Cuentos de maldad (y uno que otro maldito) y El niño que fuimos bajo el sello de Alfaguara; Las noches habitadas (Editorial Planeta) y Damas de caza (Editorial Plaza y Valdés). Ha colaborado en El Cultural de La Razón, The Washington Post, SinEmbargoMx, El Malpensante, Confabulario de El Universal, Revista GQ, Revista SOHO y otros medios. Desarrolla guiones para cine, teleseries y audioseries.