EL LECTOR ESCRIBE / J. Jesús Arévalo Hernández EN REFORMA
Cuando un líder político pierde su porción de sabiduría, absolutamente necesaria para gobernar, anula la capacidad para los buenos juicios y habla únicamente necedades: "se han ganado su derecho a reelegirse", "¿para qué cambiar?", "me robaron la elección", "quienes quieren agua que vayan a Tabasco". Las palabras con sentido oscuro enfadan y aturden, pues sólo sirven para provocar ruido, para hacer inferiores a los oyentes. Las palabras sin sabiduría causan ira y enojo porque provocan, cada día, consecuencias preocupantes, mayor desconfianza en unos y en otros, incluidos los liberales inteligentes.
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