Siete de nueve

El simple hecho de ver a la Selección Mexicana abajo en el marcador me hizo muy feliz. Y me hizo feliz porque esa era la única llave para que viniera la sacudida que la hiciera despertar. El gol de Panamá fue tan punzante como lo es una alarma mañanera. Esa que se escucha por todo el vecindario antes del amanecer. Se requería de un balde de agua fría para activar los sentidos y dejar la pasividad.