Los desafíos para crear un ambiente de competencia en el sector de telecomunicaciones en México habían sido principalmente por la existencia y las prácticas del operador histórico (Telmex/Telnor) y del operador con mayor participación de mercado móvil (Telcel), a quienes se les ha tratado de regular de múltiples formas desde el fallido proceso de dominancia de la extinta Comisión Federal de Competencia iniciado en 1997 y al que se le dio carpetazo 10 años después, hasta las diversas medidas asimétricas impuestas por parte del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) desde hace casi una década tras haber sido declarados agentes económicos preponderantes.