No es la mejor analogía al tratarse de un tema grave y penoso en nuestro país, pero no se me ocurre otra cosa para tratar de llamar la atención de quienes siempre están ahí para proteger los intereses más ocultos de nuestro futbol: la Selección Mexicana esta "secuestrada" al Estadio Azteca. Lo ha estado durante más de 50 años, sin que exista una razón futbolística de peso para defender esa postura.