'Secret Garden Iluminaria': Un juego sensorial de luces

La entrada de la experiencia está señalada con un marco cubierto de flores, el cual da paso a un puente flotante. Crédito: Aldo Jasiel Baeza Muñoz

La experiencia 'Secret Garden Iluminaria' está ubicada en Parque Bicentenario, lo que facilita servicios como el estacionamiento. Crédito: Aldo Jasiel Baeza Muñoz

La zona inicial del recorrido está adornada con luces flotantes de colores cálidos. Crédito: Aldo Jasiel Baeza Muñoz

Además de las luces flotantes, el camino está señalado por luces de colores vívidos a los laterales. Crédito: Aldo Jasiel Baeza Muñoz

Cada estación cuenta con tablillas luminiscentes, las cuales indican el nombre de cada atracción y una frase famosa que la representa. Crédito: Aldo Jasiel Baeza Muñoz

Una parada llamativa es la de un corazón cuya luz parece imitar los latidos del órgano humano. Crédito: Aldo Jasiel Baeza Muñoz

La sala de las luciérnagas está adornada con todo tipo de láseres y figuras. Crédito: Aldo Jasiel Baeza Muñoz

La figura del hombre pensando llama la atención por su inesperadamente gran tamaño, además de su significado. Crédito: Aldo Jasiel Baeza Muñoz

El recorrido tiene zonas completamente oscuras para resaltar los detalles más pequeños. Crédito: Aldo Jasiel Baeza Muñoz

Las zonas de agua también cuentan con adornos que provocan un efecto de reflejos muy llamativo. Crédito: Aldo Jasiel Baeza Muñoz

En algunas zonas de la experiencia hay puestos para adquirir el merch oficial. Crédito: Aldo Jasiel Baeza Muñoz

El recorrido cuenta con una zona de música disco. Crédito: Aldo Jasiel Baeza Muñoz

En un punto de la caminata se puede ver una estación que hace homenaje a la luz más reconocible de todas, la luna. Crédito: Aldo Jasiel Baeza Muñoz

En una zona que está ubicada sobre un lago se puede ver un homenaje de luces a la cultura mexicana. Crédito: Aldo Jasiel Baeza Muñoz

La experiencia también cuenta con una sala con el tema del océano. Crédito: Aldo Jasiel Baeza Muñoz

La expo cuenta con un apartado de luces colgantes. Crédito: Aldo Jasiel Baeza Muñoz