Después de cobrar en la nómina de Petróleos Mexicanos durante 42 años, de ser acusado de excesos como dirigente sindical, de estar involucrado en desvíos del sindicato y la empresa, así como de tender una red de complicidades desde la estructura sindical,
Carlos Romero Deschamps finalmente presentó su renuncia a Pemex, aunque sin ninguna imputación por parte del Gobierno federal.