OPINIÓN

"¡Se pasa usted de majadero!".

LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón EN REFORMA

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Preso don José María Morelos, los vocales del Congreso insurgente huyeron -dice don Carlos María de Bustamante con su pintoresco modo de decir- "como si trajera cada uno tras de su caballo una legión de diablos". Llegaron en su fuga hasta el río Mixteco, y hallarlo crecido y caudaloso no fue motivo para detener su carrera: se desnudaron y uno tras otro lo pasaron. Fueron hasta donde estaba don Vicente Guerrero a fin de buscar su protección, y le contaron lo que había sucedido. Al saber que Morelos había caído prisionero don Vicente Guerrero se puso a llorar como un chiquillo. Se abrazaba de los diputados, y a cada uno pedía le dijera si era cierta la terrible noticia que le daban. Pobre don Vicente: tenía fácil el sollozo.