La semana pasada el Poder Judicial de la Federación colocó, para la gran fortuna de México, dos clavos más en el ataúd de Morena. Me explico: cuando el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró después de 4 meses de sospechoso silencio, de tensiones y murmullos, que finalmente no ampliaría su periodo al frente del máximo tribunal más allá del 2022, según lo establece con meridiana claridad el artículo 97 de la Constitución, concluyeron las suspicacias que cuestionaban la independencia del Poder Judicial. Resulta imperativo advertir que diversos jueces federales, héroes de la patria al haber aplicado la ley aún en contra de amenazas provenientes de Palacio Nacional, concedieron amparos a víctimas de indigeribles de violaciones constitucionales que atentaban en contra de su patrimonio y de la generación de empleos y de riqueza en el país.
Abogado por la UNAM. Dedicado a investigar la verdad oculta de la historia de México, ha escrito 20 novelas históricas y 5 ensayos de diversa naturaleza. Ha impartido conferencias en México y en el extranjero. Es conductor de un programa de televisión y comentarista en distintos medios de radiodifusión. Ha publicado más de 4,000 artículos. Es columnista en el diario Reforma, en El País y en el Chicago Tribune, Hoy, entre otros más.