Tenía veinte años y unos ímpetus de fiera cuando me atreví a pedirle a Saramago que me diera un beso. Sí, me refiero al escritor. Había venido a México en 1998 porque le interesaba el movimiento zapatista y yo recién había leído Ensayo sobre la ceguera y estaba deslumbrada ante una cabeza que había podido concebir semejante pandemia de ficción. Quién iba a decir que más de veinte años después, veríamos con nuestros propios ojos una pandemia hecha de realidad y no de literatura.
Es escritora, autora de los libros Cuentos de maldad (y uno que otro maldito) y El niño que fuimos bajo el sello de Alfaguara; Las noches habitadas (Editorial Planeta) y Damas de caza (Editorial Plaza y Valdés). Ha colaborado en El Cultural de La Razón, The Washington Post, SinEmbargoMx, El Malpensante, Confabulario de El Universal, Revista GQ, Revista SOHO y otros medios. Desarrolla guiones para cine, teleseries y audioseries.