OPINIÓN

Samuel García

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Catón EN REFORMA

3 MIN 30 SEG

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El padre de familia le contó a su hijo: "Tu madre y yo éramos novios. Una noche ella pronunció dos palabras que nos unieron para toda la vida". Preguntó el chico, emocionado: "¿Qué palabras fueron ésas, padre?". Respondió el señor: "Me dijo: 'Estoy embarazada'"... Hacía un frío polar, de 15 grados Celsius bajo cero. Caía la cellisca y soplaba un viento gélido capaz de refrigerar todo el infierno. Babalucas era vendedor de paletas heladas. Le anunció a su esposa: "Voy a salir a vender las paletas". La señora se sorprendió. Le preguntó, asombrada: "¿Con este frío?". Repuso el badulaque: "Me pondré suéter"... En una mesa del Bar Ahúnda un tipo le comentó, triste, a su amigo: "No entiendo a mi mujer". Dijo el otro igualmente pesaroso: "Yo tampoco". Preguntó el primero: "¿Tampoco entiendes a tu mujer?". "No -aclaró el amigo-. Tampoco entiendo a la tuya"... Más que fosfo fosfo Samuel García resultó fofo fofo. Esta palabra, "fofo", se aplica a lo que no tiene consistencia, a lo que carece de solidez, de firmeza. Hizo el mayor de los ridículos, y dejó colgados de la brocha, como suele decirse, a quienes lo habían contratado para que sirviera de esquirol: AMLO y Dante Delgado. Con sus maromas hizo violencia a las normas constitucionales y a las disposiciones de la Suprema Corte; atentó contra el orden político de su entidad y fue motivo de vergüenza para los nuevoleoneses. Su desatentada incursión por la candidatura presidencial sólo puede explicarse a través del signo de pesos, y su ilegal retorno al cargo que abandonó con olvido de sus juramentos no tiene otra base más que el temor de perder el puesto, o la inquietud de que durante el tiempo que su ausencia durara se le descubrieran irregularidades que tendrían la misma consecuencia: la pérdida del cargo. Así, prefirió arrostrar la condena y las burlas de sus conciudadanos antes que afrontar el riesgo de quedarse sin Juan y sin las gallinas, como dice la frase popular. Motivo de risa loca es su declaración de que se guardará para la elección presidencial del 2030. Su imagen y prestigio están degradados por completo, y su carrera de esquirol ya no es prometedora. Lo dicho: el fosfo fosfo acabó siendo fofo fofo. (También se puede decir "bofo")... La trabajadora social entrevistó a doña Generina, mujer de edad madura. "¿Cuántos hijos tuvo usted?". Respondió ella: "Nueve". "¿Nueve?" -repitió la muchacha. Dijo doña Generina: "Ya sé que son pocos, pero es que mi marido y yo no congeniábamos"... La hermana Bacuca pertenecía a la Iglesia de la Quinta Venida, que prohíbe terminantemente la bebida a sus feligreses. En una boda uno de los invitados le propuso: "Vamos a tomar una copa". "¡De ninguna manera! -se indignó Bacuca-. ¡Preferiría fornicar antes que beber alcohol!". Dijo el otro: "La verdad, no había considerado esa segunda opción; pero, en fin: vamos entonces a fornicar"... Uglicia, como su nombre sugiere, no era particularmente agraciada. Sin embargo, un día le contó, orgullosa y feliz a su marido: "El empleado del súper me dijo 'señorita'". "Me lo explico -replicó el majadero-. Al verte nadie puede creer que estés casada"... Las monjitas del convento de la Reverberación estaban en la cocina haciendo rompope para vender en Navidad. Entró sor Bette, la superiora, y probó un poco del licor sacándolo con un dedo del cazo que en ese momento meneaba sor Dina, la cocinera del convento. Tras probar el rompope indicó la superiora: "Échele más huevos, hermana". Sor Dina empezó a menear más aprisa y con mayor fuerza... FIN.