OPINIÓN

Saborear mi dolor

Juan Villoro EN REFORMA

4 MIN 00 SEG

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Si cantas mal no puedes triunfar, pero si cantas pésimo consigues insospechadas recompensas. Vivo en una zona donde las cafeterías y restaurantes extienden sus mesas a la banqueta y ya ocupan un carril de las calles. Como la creatividad mexicana es infinita, esto estimula la aparición de toda clase de músicos que compiten con las televisiones encendidas al interior de los locales y los motores que rugen en el exterior.