OPINIÓN

Richard Serra

ANDAR Y VER / Jesús Silva-Herzog Márquez EN REFORMA

3 MIN 30 SEG

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Cuatro momentos en la vida de Richard Serra sirven como claves de su obra portentosa. El primero ocurre siendo muy niño, acompañando a su padre a los astilleros de San Francisco, donde trabajaba. Cumplía cuatro años y la escena lo marcó para el resto de su vida. Contemplaba entonces la botadura de un barco gigantesco al mar. Era como un rascacielos que de pronto empezaba a moverse para deslizarse por la rampa hacia el agua. El barco se iba desprendiendo de su cuna y, de pronto, precipitaba todo su peso sobre el mar. El barco petrolero se hundía y emergía de inmediato al aire. Todo lo que he necesitado en mi obra está contenido en ese recuerdo, ha dicho. Esa escena es mi sueño recurrente. La pesadumbre como el acontecimiento primigenio del artista.