La hipótesis más socorrida sobre las causas del resultado electoral del año pasado se refiere al hartazgo de la población, la evidente corrupción del gobierno del momento y, sobre todo, los pobres resultados de décadas de reformas en términos de ingresos, pobreza y equidad. Todo eso sin duda es válido, pero no explica el cambio tan extraordinario que mostró el electorado entre enero y julio de 2018, en que las preferencias electorales por el hoy presidente pasaron del 30% al 53%. Parte de la explicación yace sin duda en la forma de conducirse de las otras dos candidaturas y, especialmente, del presidente Peña Nieto en el camino, pero me parece evidente que un alto porcentaje del electorado simplemente decidió que la promesa de "más de lo mismo" no mejoraría la economía del país.
Presidente de México Evalúa-CIDAC, institución independiente de investigación. Fue presidente de la asociación de estudiosos de riesgo político y miembro de la CDHDF. Recibió el Premio Dag Hammarksjold (93) y el Nacional de Periodismo (98). Entre sus libros están Un mundo de oportunidades y El Dilema de México: los orígenes políticos de la crisis económica. Es doctor en ciencia política y tiene especialización en administración financiera.