Rescatar el asombro
Eduardo Caccia EN REFORMA
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El pulso anímico de un país es un reflejo de la forma en que sus habitantes ven el mundo. A su vez, las palabras que cotidianamente usamos para nombrar la realidad son producto de ese estado de ánimo. Notablemente, el lenguaje no sólo es consecuencia, también es causa, pues con las palabras moldeamos lo que pensamos y sentimos. Cambiar de palabras es mutar de estado de ánimo. La iniciativa "Hoy di algo bueno de México", que desde Los Ángeles crearon María y Agustín González Garza, nos invita a cambiar positivamente el país a partir de reconocer nuestros aspectos positivos. A partir de nombrarlos.
Nací arqueólogo sin saberlo. Una cueva remota y oscura confirmó mi vocación: lo mío sería desenterrar significados. Veo cosas y escribo y escarbo. Leo para darme cuenta lo poco que sé de todo. Fundador de Mindcode, ayudo a innovar y entender la conducta del consumidor. Hago preguntas para encontrar respuestas y después tengo más preguntas. Lo mío es caminar en la cueva, encontrar la luz y volver adentro. Al final espero un epitafio corto: Signifiqué.