El pasado 22 de julio, el Gobierno federal anunció una propuesta de reforma al Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) que avanza en resolver el problema de la baja tasa de reemplazo (monto de la pensión) y el de la falta de cobertura pensionaria para los trabajadores que se jubilen con su Afore. Es una propuesta de cambio positiva en cuanto a que busca mejorar el monto de las pensiones y su cobertura. También lo es en cuanto a que avanza en la consolidación del sistema de pensiones por contribución definida. Lo malo de la reforma es que sus beneficios se limitan a los trabajadores formales y a que pudiera incentivar la informalidad en el mercado laboral al aumentar el costo del empleo formal. También es criticable en su sostenibilidad, pues no se acompaña siquiera de algún anuncio de que se financiará con una Reforma Hacendaria, con efectos a partir de 2022.