Nuestros hijos y parientes que viven en EU, quienes cruzaron la frontera descalzos o jugándose la vida a nado en el Río Bravo con el peligro de ser secuestrados, engañados, asaltados o hasta asesinados por los terribles "polleros" o arrestados por la despreciable "migra", hoy en día, para nuestra vergüenza, mantienen al país con el envío de sus remesas obtenidas después de años de esfuerzos... Si huyeron de México en busca de una prosperidad imposible de encontrar en su propia patria, que no vuelvan al terruño, porque todo ha empeorado: las oportunidades se han perdido, las humildes familias ya no encuentran medicamentos ni les será fácil emplearse ni dar con una buena educación. Que no vuelvan porque aquí podrían recibir, a saber por cuánto tiempo, ayudas insignificantes entregadas casi siempre en efectivo a cambio de votos, oportunidad que aprovechan los pagadores del gobierno para robarse la mitad de esos miserables fondos, mientras allá pueden ganar 6 o 7 veces más, aunque en condiciones de explotación inhumana al ser mojados y no contar con la nacionalidad yanqui, sí, pero allá no hay desaparecidos ni asesinan cada 15 minutos a un compatriota ni el narco los expulsa de sus terruños ni se obliga a sus hijos a formar pandillas defensoras de los intereses del hampa; por el contrario, existen escuelas públicas de mediana calidad, al igual que servicios de salud.
Abogado por la UNAM. Dedicado a investigar la verdad oculta de la historia de México, ha escrito 20 novelas históricas y 5 ensayos de diversa naturaleza. Ha impartido conferencias en México y en el extranjero. Es conductor de un programa de televisión y comentarista en distintos medios de radiodifusión. Ha publicado más de 4,000 artículos. Es columnista en el diario Reforma, en El País y en el Chicago Tribune, Hoy, entre otros más.