Termina 2019, uno de los años más convulsos en términos de qué queremos que sea la educación en México. Se presentaron los resultados de PISA 2018, que registra las competencias en lectura, matemáticas y ciencias de las y los estudiantes de 15 años en México y otros 78 países. El drama que retrata es que, aunque esos jóvenes estén incluidos en la escuela (a diferencia de los 660 mil de su generación que ni eso), están excluidos del aprendizaje. 45 de cada cien no entienden lo que leen y 56 no pueden resolver tareas sencillas de matemáticas. Las becas -que ahora, en frenesí masivo, se otorgan sin focalización- pueden favorecer que lleguen a la escuela; pero no se quedarán en ella si no aprenden, y no van a seguir aprendiendo si arrastran deficiencias de ciclos anteriores.