CULTURA

Prometen innovar industria editorial

Silvia Isabel Gámez

Cd. de México (07 abril 2016) .-00:00 hrs

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Carlos Anaya Rosique estrena su cargo como presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) con una visión humanista. Uno de sus objetivos es fomentar el diálogo entre los distintos actores de la cadena del libro: "Es algo que nos hace falta: escucharnos".

El vicepresidente de Grupo Noriega Editores adelanta que dará la batalla por los libreros para que la Secretaría de Hacienda extienda a este gremio la tasa 0 del IVA, otorgada a los editores, y promoverá políticas públicas para incentivar el desarrollo de librerías, como la creación de fondos de apoyo en todo el País.

"Pueden ser a fondo perdido, o (un pago) a cinco años, pero aquel que quiera ser librero tendrá que pasar por un proceso de profesionalización", plantea.

Anaya Rosique señala problemas como la imposibilidad de contar con datos fiables de la industria: nadie sabe cuántos editores existen en México ni la cantidad de libros que publica el Estado. "Así no se puede construir", considera, "una estadística seria".

Las cifras más recientes de la Caniem, de 2014, registran una producción de 306 millones de ejemplares -165 millones de la Conaliteg-, lo que significa 10.3 por ciento menos respecto a 2013. La facturación de sus 226 afiliados sumó 10 mil 737 millones de pesos. En ediciones impresas, la ventas disminuyeron 1.8 por ciento.

Nieto del tipógrafo catalán Bartolomé Rosique, quien llegó a México en el Sinaia, Anaya Rosique ha trabajado cinco décadas en el sector. Comenzó a los 15 años, junto a su hermano Jesús, como "atendedor", el aprendiz que leía el texto al corrector.

Después de contender dos veces, a la tercera alcanzó la presidencia. Su proyecto consiste en tres ejes: uno es fortalecer a la Caniem como órgano de representación, sumar afiliados entre los editores independientes y crear un Centro de Innovación para el desarrollo tecnológico y profesional.

El segundo es posicionar al libro en el lugar central que considera le corresponde en la sociedad. "Hay que promover ferias, hablar del libro, aparecer en todos lados".

Propone una mayor participación en ferias del libro nacionales e internacionales, propiciar remates de ejemplares en los estados y el desarrollo de puntos de venta, de los que tienen registrados mil 250 en el País, desde librerías a puestos de periódicos.

El tercero es construir una interacción del gremio con el Estado, enfocada al reconocimiento de la industria editorial como una actividad estratégica para el desarrollo cultural y económico. "Eso implica su salida al mercado internacional como una tarjeta de presentación del País".

Lectura, reto a vencer

El mayor reto que enfrenta la industria editorial, considera el ex presidente de la Caniem José Ignacio Echeverría, es el crecimiento del mercado interno. "Que se lea más en México".

Destaca la apertura de un canal de comunicación interno con los afiliados, que ya pueden consultar en línea el trabajo del organismo, y la adquisición de una casa adjunta a la sede, donde se creará el Centro de Innovación, como los principales logros de sus tres años al frente de la Caniem.

Lamenta no haber conseguido que la Comisión de Cultura del Senado turnara a comisiones las modificaciones a la Ley para el Fomento de la Lectura y el Libro, antes de que su principal aliada, Blanca Alcalá, dejara la presidencia. "Mientras se organiza la Comisión, no creo que tenga mucho movimiento".

Otra frustración, dice, es que los diputados no aumentaran los recursos para la compra de Bibliotecas de Aula y Escolares. "Faltó fuerza a la hora de cabildear", acepta, "y quizá también hubo un desconocimiento de su parte sobre la importancia de estos materiales".

Echeverría celebra la elección de Carlos Anaya Rosique, quien fue secretario del consejo directivo durante su periodo. El nuevo titular adelanta que no habrá "divergencias" con el trabajo anterior.