Presumen hallazgo de gran tzompantli
Yanireth Israde
Cd. de México (20 agosto 2015) .-15:21 hrs
El muro de cráneos hallado en el predio de Guatemala 24, con una longitud de por lo menos 34 metros, sería el Gran Tzompantli de Tenochtitlán ponderó el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma en conferencia de prensa.
El Tzompantli, que mostraba frente al Templo Mayor el poderío mexica consiste en una plataforma de 45 centímetros de altura -no muy alta, pero impactante en su época- con huellas de los orificios donde se colocaron los postes de madera que contenían, en hileras, los cráneos de individuos de diferentes edades, incluso niños y mujeres, si bien la mayoría corresponden a varones, detalló Raúl Barrera, quien encabeza el Programa de Arqueología Urbana del INAH.
"El Tzompantli era una muestra del poder mexica. Principalmente iban los cráneos de decapitados en diferentes ceremonias. Aunque a veces se practicaban estas ceremonias con mexicas, se espera que los estudios puedan detectar que muchos de estos cráneos eran de enemigos de los mexicas capturados, sacrificados y decapitados", consideró Matos Moctezuma.
El investigador emérito de la UNAM recordó que en pictografías del siglo 16 se encuentran cabezas de españoles, incluso se colocaron allí cráneos de caballos.
Fungía también el Tzompantli, destacó, como una especie advertencia.
"Cuando iba a entrar un tlatoani, un gobernante nuevo, invitaban inclusive a los jefes enemigos a que vinieran a la ceremonia. Imagínense el temor de estar viendo estos cráneos, y la cabeza es un área muy apreciada, con todo un simbolismo".
Matos Moctezuma mostró imágenes provenientes de los Primeros memoriales de Sahagún, en las cuales señaló la relación de los tzompantli -hubo varios en el recinto sagrado de Tenochtitlan- con el juego de pelota, cuyos vestigios se han encontrado en la misma área, junto con el Templo Mayor y Cuauhxicalco. Este último era muy importante porque según las crónicas históricas, cerca de él se enterraban los restos de algunos tlatoanis.
El juego de pelota, recordó, simbolizaba la lucha entre rivales, aunque en ocasiones tenía un sentido deportivo."Allí se ejercitaban, jugaban, se apostaban mantas, piedras verdes, chalchihuites, pero cuando revestía un carácter ceremonial, al que perdía se le inmolaba".
Al interior de la plataforma se encontró un muro circular con cráneos unidos con argamasa, primera vez que una estructura semejante se descubre en el recinto sagrado de Tenochtitlán, destacó Barrera. Hasta ahora se han detectado 35, pero deben haberse depositado decenas de cráneos, advirtió.
También fue localizada una ofrenda con fragmentos de travertino, un material poco común en el sitio.
El tzompantli, ubicado a dos metros del nivel del suelo, se fechó entre el 1486 y 1502, durante el reinado de Ahuizotl y es contemporáneo a la etapa seis del Templo Mayor.
A principios del siglo 20, Leopoldo Batres había encontrado en la calle de Guatemala algunas esculturas en forma de cabezas de serpiente, un altar con almenas y restos de muros asociados a fragmentos de cráneos humanos, seguramente parte de este tzompantli, pero no supo que se trataba de éste. En 1914 Manuel Gamio hizo excavaciones en un predio contiguo encontrando restos que debieron formar parte de esta misma plataforma, y durante las obras de construcción del Metro surgieron de nuevo parte de estos muros pero hasta ahora, con las nuevas evidencias, puede afirmarse que se trata del Gran tzompantli de Tenochtitlan.
El equipo de investigadores participantes, bajo la coordinación de Raúl Barrera Rodríguez y Lorena Vázquez Vallin (como jefa de campo), está integrado por los arqueólogos Sandra Liliana Ramírez Barrera, Ingrid Trejo Rosas, Janette Linares Fuentes, Edgar Pineda Santacruz, Moramay Estrada Vázquez y la antropóloga física Bertha Alicia Flores Hernández.