Durante la semana pasada, uno de los comportamientos que llamó poderosamente la atención de los inversionistas fue el incremento que observaron las tasas de rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense, en particular del bono de 10 años, que en cuestión de días pasó a cotizarse por encima de 1.30 por ciento, cuando al inicio del año estuvo en 0.92 por ciento.