Seguros estamos, estimados lectores, que al leer el encabezado de inmediato lo ligaron y adivinaron ipso facto y pepso dent a quién exactamente nos referimos. Y por deducción, a quién no. Unos pocos -siempre hay despistados, o bien, malhoras que de todo piensan mal- creerán que de alguna manera hacemos referencia a los temas locales, a lo polarizada y dividida que está la sociedad mexicana a causa de un exceso de epítetos malsonantes a guisa de broma, dirigidos desde la pirámide del poder contra simples ciudadanos, creando división, escozor y desconfianza.