Aún pueden percibirse estelas celestes por doquier. Cada vez veo más camisetas de Cruz Azul hasta en los rincones más inhóspitos y alejados. Y, estoy seguro, será un sano efecto que perdurará durante mucho tiempo. Si el amor hacia unos colores tan alejados de sus propias vitrinas durante tantos y tantos años nunca se consumió, nunca se evaporó a falta de títulos, imposible que se desmorone la ilusión ahora que volvieron a encontrar la llave que estuvo extraviada por décadas.